La aplicación de bioestimulantes en la cría de animales se extiende desde aplicaciones agrícolas. El fisiólogo polaco Stanistaw ha concluido a través de una extensa investigación que el bioestimulante como un aditivo alimentario inofensivo tiene efectos obvios para promover el crecimiento, mejorar la carne, el huevo, la producción y la calidad de la leche, y puede usarse como un uso antiinflamatorio e inmune de medicamentos antibacterianos. Los biólogos japoneses también creen que los bioestimulantes pueden usarse como hormonas vegetales para ingresar directamente al cuerpo para promover la actividad de las enzimas en las células y promover el metabolismo en New Town. La práctica de la aplicación en China durante muchos años también ha demostrado la conclusión anterior.